Por segundo año consecutivo la Argentina se ausenta del Operativo UNITAS LXIII, un ejercicio de enorme relevancia regional y estratégica para un mundo con graves conflictos en desarrollo. Este año se lleva a cabo en Brasil, hermana nación y socia del Mercosur que, además, celebra el bicentenario de su independencia junto a los 19 países concurrentes.
Nuestra participación había sido confirmada hace más de un año, comprometiendo la intervención de buques de la Armada (un destructor y dos corbetas) y una compañía de Infantería de Marina.
La ausencia de nuestro pais deja de manifiesto la falta de interés e inquietante ignorancia de buena parte de nuestra dirigencia política, sobre un asunto considerado de vital importancia para los gobiernos de los paises más desarrollados: la Cooperación Internacional en materia de Defensa.
Se dedicaron meses de capacitación y entrenamiento, de planificación con otros países, de participación en las fases previas de planeamiento. Tiempo dedicado por cientos de efectivos de la Armada Argentina. Recursos de todos los argentinos para una actividad estratégica. Pero la participación requiere de la autorización de la Cámara de Diputados que, inexplicablemente, no tuvo tiempo de tratar. Un hecho como éste, en cualquier país normal sería un escándalo.
Una vez más, la única ausente es la Armada de la República Argentina. Tal como ocurriera el año pasado, la Cámara de Diputados no encontró el momento para tratar su autorización y la reiteración de este hecho nos debe interpelar a todos los argentinos, especialmente a nuestra clase dirigente.
Hablaría muy mal de todos nosotros como sociedad, si naturalizáramos que el Congreso de la Nación se dedicara exclusivamente a la política con minúsculas, la de sus rencillas internas, sin tiempo para la agenda de la alta política, del deber ser.
Nos solidarizamos con los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas y sus familias. Sabemos que es muy desmoralizador para todos aquellos que dedican su vida a formarse en la defensa de la Patria, constatar que gran parte de nuestros dirigentes ignoran lo que está sucediendo en el mundo, olvidan que aún somos un país ocupado por una potencia extranjera y no terminan de entender que nos hemos convertido en un blanco permanente y permeable de las nuevas amenazas internacionales.
Desde el FAD exigimos mayor responsabilidad a nuestros legisladores, porque hechos como éste nos exponen aún más a los difusos y desafiantes nuevos escenarios para los que todos los países de la región, con excepción del nuestro, se vienen preparando desde hace tiempo.
Firman: Santiago Lucero Torres – Presidente del FAD Integrantes del Comité Ejecutivo del FAD