Octubre de 2022
Comunicado
Foro Argentino de Defensa Comité Ejecutivo
Con cierta frecuencia se observa la publicación de algunos artículos sobre la (falta) o escasa inversión en Defensa. Portales de noticias y medios escritos advierten sobre los magros sueldos de las Fuerzas Armadas, el equipamiento obsoleto y el pobre adiestramiento. Uno de los aspectos que siempre surge es el de las “horas de vuelo” como indicador de la capacitación que tienen los aviadores militares. Lejos de ser un tema novedoso, es necesario aclarar qué se quiere decir al poner el adiestramiento aéreo en término de “horas de vuelo”.
Hora de vuelo significa adiestramiento?
En un breve análisis, se considera que al mencionar una determinada cantidad de horas de vuelo damos una idea acabada de la experiencia y capacitación de un aviador. Sin embargo, la hora de vuelo, sesenta minutos transcurridos en una tarea operativa abordo, por sí sola no aporta mucha información. Normalmente se asume que una mayor cantidad de horas de vuelo implica más capacitación y aptitud.
En realidad lo que hacemos es utilizar una unidad de medida logística para evaluar el adiestramiento, sin tener en cuenta la calidad de esa hora de vuelo.
Por ejemplo, en una aeronave de cierta complejidad operativa, en el cálculo de la hora de vuelo se incluye el combustible, el lubricante, oxígeno, nitrógeno, fluido hidráulico, rotables, repuestos, servicios de mantenimiento, mano de obra, munición, etc. Todos estos conceptos sirven para dimensionar el esfuerzo logístico y económico, pero no nos dicen nada del adiestramiento.
La capacitación, el desarrollo y la aptitud del aviador se miden con relación a los programas de adiestramiento que cada Sistema de Armas posee. Los programas incluyen distintos patrones de vuelo, como Pilotaje, Vuelo por Instrumentos, Navegación diurna y nocturna, Acrobacia y Acrobacia de Combate, Tiro y Bombardeo, Interceptaciones bajo control radar, etc. Estos patrones de vuelo están constituidos por temas, y el cumplimiento de cada tema en forma satisfactoria nos permite determinar el grado de adiestramiento alcanzado durante el desarrollo de los programas.
En consecuencia, utilizar la hora de vuelo como indicador del adiestramiento no nos permite evaluar la condición de un aviador. Si bien guardan una estrecha relación, la hora de vuelo representa cantidad, y los temas calidad.
Además, asumir que una gran cantidad de horas de vuelo es sinónimo de mejor adiestramiento, es suponer que todas fueron voladas en forma satisfactoria, y a veces no es así.
Herramienta de calidad, adiestramiento de calidad
En el adiestramiento aéreo la primera imagen que surge como herramienta es la aeronave, o más propiamente, el sistema de Armas (que incluye al avión, su mantenimiento, equipos de apoyo, entrenador o simulador, documentación, etc.)
A primera vista observamos que si la mayoría de nuestros sistemas superan los cuarenta años, no contamos con las mejores herramientas. ¿Cuántas veces deberemos repetir un vuelo ante fallas de los sistemas operativos del avión para cumplir el tema? ¿Cuántas horas de más deberemos invertir para que el aviador se capacite? ¿Qué calidad de adiestramiento podemos obtener, si por ejemplo el radar no funciona o el navegador inercial está degradado? ¿Qué capacitación tienen los aviadores si no vuelan de noche?
Aquí podemos agregar que no existe una capacidad ilimitada para surtir de horas de vuelo a estos sistemas envejecidos. Todo lo contrario, la falta de recursos ha disminuido sus posibilidades a límites peligrosos.
Aún en el supuesto ideal de un derrame exagerado de horas de vuelo, nuestros sistemas de armas no son las herramientas de calidad necesarias.
Un agregado final: la tecnología aeronáutica de punta nos permite obtener la mayor calidad en el adiestramiento.
Conclusiones
Lo expresado hasta aquí es conocido en muchos ámbitos de la Defensa, sin embargo, a la hora de expresar un indicador del adiestramiento se recurre a la hora de vuelo.
Probablemente, al utilizarla simplifiquemos los cálculos, y resulte más comprensible en los estamentos políticos. Pero no nos permite saber con certeza si la inversión rinde buenos frutos.
La cantidad y la calidad, si bien relacionadas, son conceptos distintos. Acumular horas de vuelo de baja calidad, en sistemas obsoletos, no permite desarrollar las capacidades que la Defensa requiere. En vez de contar horas de vuelo, sumemos calidad.